martes, 5 de enero de 2010

Tres pares de patas

Va a tomar el poder. Irá avanzando, de a poco. Yo lo preví, él también y hasta la radio lo dijo. Las caras cambiarán su fisonomía; serán más caras las caras. Las caras pobres como siempre no lo soportarán y se irán yendo de a una.
Mientras el zumbido, ese que no deja dormir, se reproduce con el calor de nuestras imprudencias, el presente cercano va a hacer que no mire, que me cuide, me prevenga y sintomáticamente viva en la continuidad de los días. Pero del otro lado de la ventana pasa él y vigila como una fuerza temerosa, invisible. Mientras yo, en otros mundos, a mis distancias la sigo.
No le creas, esquívalo, ni creas esto tampoco. Suena un televisor en la cocina, golpeo mi oreja y salgo. Cuando vuelvo ya no está solo. Vienen a disputarme la situación, clavo la mirada y sigo. No me ataques, total no estoy a tu altura.

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