viernes, 19 de diciembre de 2008

Cosa rara (dic 01)



Dientes de cordero

Dientes de cordero, sobre la ciudad
árboles de fuego, para navidad.
ollas que destellan, en la noche azul
abollada estrella, vieja cruz del sur.
los lobos ahora se excitan, tiemblan frente a la tv
aunque el plan va saliendo aprisa,
el plan va saliendo bien.
dientes de cordero, cruzan la ciudad
gritan su deseo de justicia y libertad.

Despertar de un sueño turco y sin nariz
carnaval del hambre, se fue la perdíz.
piquetes y horcas, muerte en el corral
el poder es ciego, no puede escuchar.

me duele la risa, me duele cantar,
basta de cornisas, basta de saltar.
y ahora quien se viene, y ahora quien se va,
dientes de cordero, muerdan sin soltar.

Sangre en la vereda, en el palacio gris
sangre en la escalera, en la tuya bajo tu nariz.
miles de pueblitos-villa, crecen en el interior,
feudos medievales donde, te llaman "señor"
la escuela no abre, cierra el hospital
sentis el latido lobo, en la yugular.

me duele la risa, me duele cantar,
basta de cornisas, basta de saltar.
y ahora quien se viene, y ahora quien se va
dientes de cordero, muerdan sin soltar...

luz de nacimiento
sea tu dolor
que la noche es larga y
como quema el sol!

martes, 16 de diciembre de 2008

Korso Gomes en De Garage dic


Korso Gomes
La eterna arma de descarga

En una encrucijada ante la chance de entrar a la escena más comercial del rock como fruto de su último disco “Nuestro cuarto de hora!?” Galo y Lucas Gomes, siguen defendiendo al músico independiente y sólo entienden lo que le pasa a la banda como un orgullo. De lo independiente, claro.

Por Facundo Cottet
“Korso Gomes es un lugar que nos da la posibilidad de decir y expresar lo que pensamos” explica en partes Lucas Gomes (guitarra). Después suma: “Eso te da la chance de poder opinar. Otras personas, no tienen los medios para opinar y bueno nosotros lo hacemos desde la música.”
La banda que ya lleva 12 años de vida, tiene bajo el brazo su cuarto disco. Un trabajo que hizo que Los Gomes suenen en la radio “destacada” del rock comercial, que “Nuestro cuarto de hora!?” (nombre de la placa) descanse en un proyecto de productora francesa o que el video del primer tema (Basta!) se vea en algunas rotaciones de canales musicales.

¿Sienten que les llegó su cuarto de hora?
Lucas: Es un juego de palabras, en ese momento éramos cuatro, estábamos entre cuatro paredes, era el cuarto disco. Creo que por eso.
Galo: El nombre podría haber sido también “Una mancha más al tigre” o “Metele que son pasteles”.Se nos están dando las cosas porque las estamos haciendo bien. Por ahí otros años no nos movíamos tanto y creo que ahora estamos dejando todo por la banda.
¿Cómo llegan al cuarto disco a diferencia de los anteriores?
Galo: Esta fue la mejor experiencia de todos los discos que grabamos, porque fuimos a grabar a un estudio (Sonosfera) todas las tomas de micrófonos y lo mezclamos acá (sala de ensayo de Korso). Nos dimos el lujo de tomarnos el tiempo que quisiéramos, para agregarle cosas y demás. No nos apuraba nadie.
Lucas: Más que nada buscar el sonido que realmente nos conforme y aprender.
¿Qué fue lo que aprendieron?
Lucas: Obviamente que uno va aprendiendo de los errores. Nosotros le metimos un montón de cosas. El tema de introducciones, samplers, efectos. Con este disco descubrimos mucho.
Galo: Como cuarto disco aprendimos de un montón de errores. Por ejemplo, la próxima vez que vayamos a mezclar tenemos que conformar un sonido homogéneo y no delirarnos tanto. Pero estuvo bueno porque hicimos lo que quisimos.
¿A qué apuntaron con los temas nuevos en cuanto la elección final?
Galo: Son temas que veníamos tocando, hay covers (El ojo blindado de Sumo) y también quedaron temas afuera. Pero once temas están bien para el disco.
Lucas: Hubo muchos cambios en la banda y entonces a veces es jodido ahondar criterios. Siempre para cada disco nos pasó más o menos lo mismo: armamos la formación, tocábamos todo lo que podíamos y después íbamos a grabar el disco.


La banda que hace base en el ska-punk con la voz de Galo siempre al frente, apoyada en los coros y vientos que antes no había, se mueve donde más cómoda se siente. Con una bajada de línea a nivel social sin muchas vueltas, explota su costado más crudo. Desde ahí atacan a la televisión, la clase dirigente, la iglesia y la institución familiar. Temas como “Basta!”, “Abre tus ojos” o “Nada igual” son algunas huellas de esto.

La carga social parece estar siempre presente en el disco ¿Están cansados de todo?
Galo: Las letras son un poco contestatarias, en ese sentido es un poco explosivo. Nosotros más que nada tratamos de mezclar dos cosas. Primero divertirnos y segundo no ser ajeno a la realidad. Te podés divertir dando un mensaje y siempre siendo realista, tampoco vamos a decir que está todo bien.
Lucas: Hay letras que son contestarias pero también proponen, intentan hacer pensar. Y que mañana va a ser un poco mejor. No somos como los Sex Pistols que decían “No future”. Igual nos gustan Los Pistols eh.
Desde su página web dicen que no todo es tan lindo ni color de rosa en el mundo de la música. ¿A qué viene esto?
Galo: El mundo de la música es como el mundo de las vedettes. Está el mismo puterío, la misma envidia. Hay gente de mierda, pero también hay gente copada. Nosotros tocamos con muchas bandas “grandes” y su ego los hace elevarse y el día que se caigan se van a suicidar.
Lucas: No todos los productores y manager pelean por los derechos del músico. Viven del músico y si hay que voltear cabezas lo hacen, no les importa nada. Igual, eso en algunas personas. También por el hecho de negociar con bolicheros, managers por medio, productores. Siempre hay transas de por medio y es complicado.
¿Y cómo es mirar de cerca al circuito comercial y empezar a sonar en radios y canales de música?
Lucas: Es complicado el hecho de cuando no estás en una discográfica y sos independiente es difícil entrar a ciertos lugares. Entonces hay lugares que sólo se manejan con una discográfica y si vos no vas por Emi o Universal ponele, no entrás. Y es una lucha muy desigual, porque estás laburando vos sólo y viene una productora con una banda de mierda y los ponen a ellos primeros
Galo: Yo le preguntaba a la gente de la rock and pop cómo había que hacer para sonar en el programa de Pergolini y me decían que hay que entrar por productora. Por más que suene de la ostia. Hay muchos medios que por ahí uno escucha muy seguido y decís ‘porqué no suenan las bandas de La Plata o las que recién están empezando’. Y es por eso mismo, porque no están en una multinacional.
Entonces quieren vivir de la música
Lucas: Es relativo, uno hace lo que le gusta y si a la gente le gusta punto, ya está.
Galo: Nosotros que la venimos luchando hace un montón sí. Ensayamos tres veces por semana, pero si pudiéramos ensayar todos los días lo haríamos, y si le dedicaríamos más tiempo tendríamos más temas. Además es lo que nos gusta desde hace rato.
¿Qué es para ustedes Korso Gomes?
Lucas: Todo. Él (Galo) es Korso y yo soy Gomes
Galo: Yo creo que es un arma de descarga. En vez de ir al psicólogo, tocamos en vivo y gastamos adrenalina a lo loco. También es un gastadero de plata, pero eso es otra historia. (Risas finales)

“Nuestro cuarto de hora!?” llevó a la banda a una posibilidad de mini gira europea para el 2009. Pero ironizando y riéndose de ellos mismos ya desde su arte de tapa, con una tortuga con la intención de querer caminar por una ciudad en su atardecer, el reverso del disco retrata al mismo animal, frustrado, yéndose de la escena. Como entendiendo que nada era como lo imaginaban y que esa ciudad fue sólo -y una vez más- un prolijo dibujo. De esos que se borran rápido

lunes, 8 de diciembre de 2008

Hubiese estado bien

Alguna vez, tuviste esa sensación de vacío, de que todo en lo que creías se caía y no podías pararte ante esa ruina? A lo mejor eras vos, depsertando. Esa idea que corría por tu cabeza, que jugaba de visitante para después ser local siempre. Que nunca creíste posible, pero fue.
Alguna vez creiste? Por la convicción misma de la fuerza, como motor que todo impulsa. No en religiones o sí, pero en vos cuando creíste realmente
Alguna vez soñaste despierto?
Alguna vez despertaste?

A veces la que te toca es la que querés, pero sólo por austeridad.

martes, 11 de noviembre de 2008

Final feliz


Diego mete la mano en el bolsillo trasero del pantalón, saca un papel arrugado que dice Pau y tiene un teléfono,no sabe si el segundo número es un tres o un ocho pero deja ese papel arriba del televisor. Sabe que en un rato lo va a volver a mirar y taratará de acordarse cómo llegó a su pantalón. Abre la ventana y las nubes están radiantes porque no tapan al sol, le hacen compañía y él les da brillo. La radio escupe un informativo que Diego nunca escucha entero. Casi siempre deja todo a mitad de camino y lo sabe.
Desde no parar a escuchar sólo tres mintuos de radio a no decirle a su novia Tamara lo que realmente siente . Ella, también sabe como es Diego y no espera que termine lo que un día empezó, pero lo acepta. Quizá porque no tiene otra alternativa, porque en su casa nadie la escucha y como ahi no esperan nada de ella, ella tampoco espera mucho de los demás.
Mira el reloj, ya es tarde para desayunar y temprano para almorzar. Entonces resta esperar. Hojea una revista de hace un mes que llevaron sus padres un domingo de visita. Intenta barrer la cocina- living- comedor de su pequeño y primer departamento. Pasa una franela al televisor (que jamás anduvo, porque se lo trajo de la calle un día) y entonces vuelve al principio: agarra el papel, mira su celular, se fija la hora y se acerca el almuerzo. El número que fijura en ese papel arrugado corresponde a un teléfono fijo. No hay mensaje de texto que valga.
Llama, no pierde nada. Primero prueba con un tres y atiende una voz femenina que le dice hola (claro, que le iba decir), pero el tono se asemeja a una señora, grande. De más de sesenta. No se anima a hablar y corta. Después deja el número arriba del televisor otra vez y ahí lo abandona.
A la tarde pasa Tamara por su departamento y después de un poco de amor, comienza el terror para Diego. Su novia ve el papel con el nombre de Pau (Diego nunca termina lo que empieza y ese tedioso número sigue ahí, donde lo dejó). Entonces ella se va del departamento que ahora para Diego es inmenso y silencioso. Un impulso hace que termine algo: escuchar entero el resumen de noticias. Por eso se abriga y agarra su bicicleta para salir. Se enteró que no hay colectivos por una huelga de choféres y que el frío extrañamente revienta a la ciudad en esa época del año. Nunca probó con el número ocho para saber quién era Pau, tampoco supo más nada de Tamara.


Foto extraída del blog de Ana Clara Bórmida : http://www.quemundohostil.blogspot.com

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Cuatro años de Se Va El Camello


Crónica del recital camello en su cumpleaños número 4, para la sección Pogo del diario de De Garage



Cuatro años de Se Va El Camello
Sentimiento y realidad

Por Facundo Cottet
En una de las esquinas de 44 y 22 unos pibes están sentados, enfrente un kiosco 24hs atiende con una cola de diez personas esperando, desde el otro lado la llama de un encendedor lucha por sobrevivir y se mantiene unos segundos brillando hasta que pasa un patrullero y se apaga. En la cuadra de 44 entre 22 y 23 casi no hay lugar para estacionar. El Club de Rock pone unas vallas (aunque no son tan necesarias), para marcar la entrada. Unos muchachos grandotes cortan la entrada. Ahora, ya son las 02.00 Am de un nuevo día: sábado 4 de octubre. En el bar-boliche (Club de Rock) toca Sin Anestesia, la gente entra. Pero adelante, más cerca del escenario ya está todo copado y casi no hay lugar para alguien que sólo quiera ver a Se Va El Camello, sin saltar. Adelante se agita, esa es la premisa.
Un agite que arranca a las 02.26, cuando las luces se apagan y una pantalla empieza a disparar fotos, con una música loca de fondo, mechado con un video casero de los chicos. Sí son chicos, los seis camellos no pasan los diecinueve años promedio. ¿Y eso qué? ¿Tiene algún impedimento? ¿Es un prejuicio para algunos? Si la respuesta es si, las 600 personas reunidas esa noche, demostraron todo lo contrario. Los prejuicios por la edad quedan de lado entonces.
Una zapada –ensayada- arranca y entra el primer tema: es “Vamos llegando”, de su disco “Mil cumbias y Rocanroles”. La armónica invitada de Chavo (Flower Power) se conecta con la banda como si formara parte. Y el aguante se siente, sobre todo adelante, -donde hace más calor, obvio-. El invitado sigue sobre las alturas del escenario para tocar la segunda canción de la noche que es “Desbordar”. Con el uso de metáforas constante, Manu Rodríguez canta con cierta resignación juvenil “Vuelo en este cielo que no deja despegar/sufro el desarraigo y ya me empiezo a desbordar…”. Pero desde abajo se salta, canta y acompaña como si nada de esto fuera escuchado. Es que la melodía pegadiza y festiva hace olvidar el sentido.
El primero de varios agradecimientos comienza. En el correr de la noche serán agradecidas las familias, los invitados y, por supuesto, la gente. Los Camellos no se olvidan de la gente que cada vez es más en sus shows.
Llega “Bolsillo”, un tema viejo, que sólo algunos saben, le sigue uno nuevo (“Fiesta en color”) en una fusión cuarteto ska. Desde abajo una bandera firmada por la localidad de Los Hornos escribe: “Si miras para abajo ‘nos’ vas ver”, ese trapo llega al escenario y suena “Sembrás raíz”. Toda una conexión cuando el estribillo grita “Si miras para abajo no vas a ver”. Para verlos la mirada siempre se tiene que dirigir hacia arriba. Así es la arquitectura en este lugar.
Los muchachos grandotes de la entrada ahora están mirando el recital y “trabajando”. Entonces sacan a un pibe de la multitud “para hablar”. Al rato, el expulsado vuelve a entrar a pedido de la banda. Queriendo darle un estilo propio a la versión de “La Rubia Tarada”, aparece el segundo invitado. Se trata de Nacho Bruno (voz de Narvales) que casi hablándola participa de la sesión. Termina el tema y desde abajo el “Luca no se murió, que se muera Ceratti…” tímidamente se canta. Por poco tiempo, con el poder del micrófono el cantante Camello advierte : “Que no se muera nadie loco, todos hacemos música”. El canto tribunero termina.
La noche corre entre más invitados, no es de extrañar después de todo se trata de un cumpleaños. Y ahí llega quién fue el preceptor de los chicos en las antiguas horas escolares. Es Ale, de Encías Sangrantes, con acordeón sobre el pecho para acompañar a Manu en “A tus vivencias” mostrando el costado rioplatense. El sangrantes siguió arriba y la cumbia entró rogando baile a la gente con “Saber que se va”. Desde atrás, el pedido se escuchó y algunos encontraron el momento para la cadencia bailable, y si es de a dos mejor.
“Vagón por vagón”, tema que no aparece en el disco, y el pulso constante de violas es la muestra, quizá, de una maduración a nivel musical. El escenario se llena de gente, suben Juan Calabró (Don Lunfardo) y Cocucha (Vieja Bis). El primero, casi de espalda todo el tema, en guitarra sucia para distorsionar, el segundo en voz para cantar “Corazón acelerado”. Se escucha un solo de Tomas Rusconi que se distingue del resto y es un buen momento de la noche.
Un parecido a Muévelo de Los Piojos se mezcla con “De uno más (el barrio y la amistad)”, después el último amigo aparece en escena. Es Peppo, guitarrista de la Vieja Bis, para hacer “Diagonales”. Al principio no puede entrar pero, atento, Manu le tira los acordes y ya la viola se pierde en el sonido Camello.
Las seiscientas personas le cantan el feliz cumpleaños a la banda y el final se aproxima. De corrido tiran “Mil cumbias y rocanroles” , canción que lleva el nombre del disco, un tema nuevo, “Zapatillas” (sin ensayar, avisan), “Pegaba más piola” y una frase que marca el momento de la banda “oigo flash exagerado de estos viejos tiempos nuevos”. El recital terminó con la oculta “Para para papa”, sobre las 4 de la mañana. Se Va el Camello cumplió cuatro años, es más lo que tienen por delante que lo que ya cargan sobre sus espaldas. Este aniversario fue la consagración de unos adolescentes que entienden “la locura y las ganas de viajar”.

La Flower Power en De Garage


Nota del diario de rock De Garage para el mes de noviembre



La Flower Power
“La gente nunca sabe lo que se puede llegar a encontrar con nosotros”

Cumpliendo con la promesa arrojada en nuestro número quince desde la sección Pogo, en este mes intentaremos develar la cosmovisión de La Flower Power, quiénes son, dónde y qué hacen estos músicos que viven “arreando la barrileteada a la cuarta dimensión”.

Por Facundo Cottet
Primero hubo que encontrarlos, tarea para nada fácil. En la agenda de la redacción de este diario, no figuraba un número de teléfono o dirección de mail que dé con tal misteriosa banda. Hasta que ese celular se consigue y la cita es en la previa de un show. Un día miércoles, sí un miércoles o madrugada de jueves, es lo mismo para muchos. La nota empieza en un bar y termina en una casa. Allí uno de sus integrantes suelta.
“Nosotros no ensayamos, sino que vamos a tocar a la calle. Ese es nuestro ensayo y aparte por tocar en la calle ganamos unos pesos. Eso es lo bueno”. El que comienza a explicar a La Flower es Toby Villa, guitarra, bandoneón, voces y uno de los fundadores del grupo que se mueve como un colectivo de músicos. Siempre con una base estable, pero siempre con intervenciones de amigos y músicos que “se copan” con la banda.
“Es la única banda que debe tener dos sucursales, porque somos tantos que nos podemos dividir. La otra vuelta, la mitad se fue de gira al sur y el resto se quedó acá y tocábamos ellos en un lado y nosotros en otro. Cuando volvieron y ya estábamos todos, tocamos en el Varieté y en Rukaché al mismo tiempo(dos bares, uno al lado del otro). Y nos íbamos cambiando de show en vivo!, algunos se bajaban y se mudaban al lado por un rato . Eran cosas totalmente distintas, pero las dos eran La Flower Power”, recuerda Toby
Desde los últimos meses La Flower es sinónimo de fiesta en nuestra ciudad, casi un ritual inacabable, interminable y sobre todo bailable que fue gracias al boca en boca ganando un lugar que ya asegura que: si está la flower hay, como dice uno de sus guitarristas “algarabía”. Sobre un escenario, una vereda o alguna escalinata de cualquier esquina céntrica se escucha jazz, blues, reggae, boggie boggie, rock, ska o cumbia, entre varios estilos más. “Lo que tenemos es que podemos tocar en un restaurant de San Telmo re careta hasta en un antro cualquiera y nunca va a ser igual. La gente nunca sabe lo que se puede llegar a encontrar con nosotros” sigue hablando Toby, mientras unas rastas le tapan los ojos.
Para seguir descubriendo el mundo de La Flower hay que decir que casi todos viven juntos, en una especie de cofradía y continuamente están tocando. “Para nosotros los feriados o los días que no tocamos son los lunes o martes y que encima no sabemos que hacer” dilucida entre intentos de respuesta su saxofonista, Beto Cuenca. Asimismo asegura: “Todo el tiempo estamos tocando, vivimos para la música y de la música. Este es nuestro camino y de última es como dice el disco “Los errores serán aciertos futuros”.
Porque claro, aunque sea casi como una congregación mística, nómade y ambulante La Flower Power tiene un disco. Sí, no todo es tan volátil en el proyecto de vida de estos seres. Se trata de un demo en vivo grabado en una sola toma el día 21 de agosto del 2007 en los estudio Jamming. Leo Enano (bateria) explica al respecto. “Fue una tarde. Entramos al estudio, tocábamos un tema, lo terminábamos y grabamos otro. Así con diez, que son los que quedaron en el disco”.
En vivo la banda suena a una zapada constante de distintos colores -sobre todo el verde- pero se manejan con una estructura metódica. El enano cuenta que “las bases están todas marcadas. Todos saben lo que tienen que tocar. Por ahí sí seguro que en vivo se zapa o metemos algunos arreglos, pero ya sabemos los temas. No es subir y ver que onda”.

Vivir tocando, vivir soñando
Siguiendo la huella de Jorge Pinchevsky -el violinista del rock- y bajo el lema “La magia existe”, La Flower Power hace música. De las veinticuatro horas del día, catorce serán aproximadamente las que dedican a lo que más saben hacer. Beto, cuenta un día de su vida y describe: “Ahora que se vienen unos días con sol y calor te motivan y te dan una patada para salir a tocar. El otro día salimos a las nueve y media de la mañana, estuvimos en el centro tocando a la gorra. De ahí, al mediodía estábamos en plaza San Martín hasta las tres de la tarde. Después nos fuimos a 7 y 50 del otro lado, (sobre el Pasaje Dardo Rocha) hasta las seis. A esa hora cruzamos la calle y tocamos -de vuelta en la plaza- en la glorieta en un festival. Así hasta las nueve de la noche cuando nos fuimos a tocar al bar (Viejo Varieté) hasta las siete y media de la mañana. Fue un día entero”
Algunos de sus miembros fijos además de los nombrados son: Ropo Centurelli en bajo, Facu Gelvez en guitarra, Chavo en armónica, Piter en trompeta, la Rusa en telcados y varios exponentes más que suben y bajan fecha a fecha, que aportan lo suyo desde percusiones, guitarras, y demás para asegurar que La Flower Power viva, más que nunca y sobre todo, en esta primavera de la ciudad cuadrada. Para hacer más placentero el paso por el centro o parar en alguna plaza y dejarse llevar por su enigma musical.
Sobre la mesa de la casa-escuela de música, llamada Jorge Pinchevsky, que tienen sus integrantes, el reloj marca las primeras horas de un nuevo día, que para La Flower Power sigue siendo el día anterior. Ya es jueves por la madrugada, unos dibujos representativos mezclados de culturas mayas, aztecas e incas sobre una pared vigilan la atmósfera. Llama la atención esas líneas sobre los ladrillos y su autor (Toby) desarrolla la explicación a los allí presentes. “Es la Culturamerikana, como el disco o como entendemos la música nosotros”.
Un violín a cargo de Fer Mosca aparece en un guayno norteño, para después sumergirse en un jazz con contratiempos de batería, le sigue un rockabilly al mejor estilo Johny Cash. Es la Flower Power que está tocando, entregando a los oyentes el sentimiento en su máxima expresión.
Ya dejó de ser un misterio (por lo menos para este diario). Ellos en tanto no paran, no miran, sólo tocan “ No tenemos conciencia por ahí de eso, de a donde viajan los discos. Nosotros los regalamos, como a las entradas. Acá, en Buenos Aires, en el sur o donde estemos. Pero que estamos haciendo ruido en la calle todo el día, seguro” dice Beto.
Sólo queda caminar por las calles, dejarse llevar por el instinto y encontrarlos. Si es en una fiesta cuando alguien vea a la banda, seguramente todo lo redactado parecerá ridículo o apenas se le acerque a lo que transmitan. Desde De Garage por lo menos se cumplió con lo prometido y La Flower escribió otra página más.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Papel celeste


Desde un principio me sorprendió que me tocaran el timbre enviándome una carta. ¿A mí? ¿Por qué una carta?. Creo que era la primera vez que llegaba una carta a mi nombre. Yo…, acostumbrado, como mucho, a leer mail y que nunca decían nada de mayor importancia. Pero esa tarde fue una carta.
El remitente estaba tachado con una lapicera negra, las rayas transmitían que quién lo hizo estaba inseguro de dar a conocer su identidad. Además el sobre era celeste, todo muy raro.
Recuerdo que estaba con un amigo, bah en realidad no era un amigo. Un compañero de trabajo que no sé porque razón aparecía cada tanto en mi casa. Tenía confianza con él, entonces decidí abrir ese sobre, celeste y todo tachado. Será una joda pensé.
-Capaz que tiene ántrax. Me dijo burlándose mi compañero.
- En una de esas por ahí sí. Respondí siguiendo el chiste.
Por ese tiempo los medios de comunicación se regocijaban con el atentado a las Torres Gemelas y todo lo que vino después: Que en la Argentina hay ántrax, que en las elecciones descubrieron polvo blanco en los sobres, que el ex presidente De la Rúa se había contagiado con ántrax y tantas otras cosas más que ya ni me acuerdo.
Cuando saqué la hoja que había dentro, un cosquilleo recorrió todas mis manos. En ese momento se prendió el televisor, la casualidad era demasiada. Justo al abrir el papel, la tele, que estaba programada, se encendió .
Todo está muy confuso en mí, la verdad desearía hacerlo de otra forma, pero te seguí y me fijé donde vivías. Ahora sabes que existo”. Escrita en computadora, con una letra común y en un tamaño considerable, nada más. No tenía firma, ni seudónimo. Esa confesión era lo único que se leía. La guardé y continúe mis actividades.
Al otro día cuando vuelvo del trabajo veo un sobre en el piso del living. Era igual al anterior: mismo sobre, los mismo rayones y la misma intriga de mi lado. “No te conviene cruzar la avenida por la mitad de cuadra, es peligroso y de verdad no quiero que te pase nada”. Era cierto, cuando iba caminando a la consultora -mi trabajo- cruzaba la Avenida Río Manso a mitad de cuadra. Es que esa era la forma más rápida.
Entendí que me estaban siguiendo, pero los dos mensajes que había leído no los tomaba como amenazantes ni tenía miedo. Es más, cuando andaba por la calle a veces olvidaba el asunto de las cartas o la persecución que supuestamente me acompañaba.
Y el tiempo pasó, pero las cartas seguían llegando a mi casa. Las leía una vez, a veces dos, pero no le daba mayor importancia. Jamás se me cruzó por la mente la idea de hacer la denuncia en la policía. Suficientes problemas aparentan tener, como para que yo vaya con un montón de papeles que no arrojaban mucha información. Además, en un punto me gustaba recibir las cartas. Era un juego por momento siniestro y misterioso. Yo de a ratos me imaginaba un detective que investigaba el caso más importante de su vida. Lógico, se trataba de mi caso, mi vida. Rastreada por mi mismo, ¿cómo no iba a ser la averiguación más cuidada de un detective?, en este caso yo.
En mi rutina diaria, a esa altura, ya no había mayores sucesos que recibir las cartas. Siempre en sobres celestes, con el remitente tachado en lapicera negra, siempre. Esos papeles ya habían hecho dentro de mí otra persona, que por suerte nadie notaba. A veces me preguntaban si seguía recibiendo las cartas, (porque al principio comenté entre mis allegados, aquel extraño acontecimiento) o si ya descubrí quién era. Y yo no daba demasiada explicación tampoco. “Sí, cada tanto llega alguna” o “la verdad que ya ni las miro, las junto y las tiro enseguida”, eran mis respuestas. Pero la realidad era totalmente distinta. Pasaba horas observándolas, comparando, tratando de entender qué querían esas cartas, quién era el responsable, o los responsables de esos escritos. Por qué a mí.
Entre la noche del 30 de noviembre y la madrugada del 1 de diciembre, leí una nueva. Ya habían pasado cuatro meses desde la primera y seguía con la intriga. Era una necesidad saber algo, aunque sea algo. “Supongo que te preguntarás quién soy, por qué te escribo estas líneas, bueno llegó el momento de contarte la verdad. Pero antes debo dejar pasar un tiempo. Te puedo adelantar que cuando leas la próxima carta, lo vamos a hacer juntos. Siempre y cuando estés dispuesto.” Había pasado. Por fin iba a saber quién me mandaba esas malditas cartas desde hacía cuatro meses. Aún no recuerdo como fue, pero esa noche me dormí en el sillón con las cartas apoyadas sobre una mesa ratona. Los papeles celestes ubicados ahí servían de posa vaso para una copa con restos de soda.
Tuve un sueño casi esotérico, lúgubre. Estaba en un gran salón, con pisos impecables, pero con las paredes que se caían a pedazos. Siquiera tenían revoque, pero esa sala era inmensa y vacía. Yo entraba silencioso, precavido, buscando a alguien. Por momentos rozaba la pesadilla, pero no era más que un mal sueño. El gran salón tenía una sola ventana, chiquita, parecida a la de un calabozo, pero aquel lugar estaba muy iluminado por luz natural. En un extremo a lo lejos encuentro una figura. Me acerco -no mucho- y era una mujer de espalda. Desde la distancia le hablo. En el sueño sentía frío. Lo verosímil marcaba un termómetro de 25 grados promedio para esa fecha en el calendario.
La veo más cerca y logró reconocer todos sus rasgos. Cara, cuerpo, pelo, altura y demás características físicas, que me parecían atractivas. No era un modelo de belleza, pero en mí producía algo. En un momento, el espacio se iba transformando en una ciudad y a medida que hablaba con esa persona todo se cambiaba alrededor. Aún hoy no recuerdo que nos dijimos o si ella me escuchaba. Yo supongo que sí.
Vuelvo a la realidad y me despierto. Eran las seis de la mañana. Mientras tomo un café instantáneo, bajo la vista por un momento. Había otra vez y cuando no un sobre celeste, pero sin ningún rayón ni remitente.
Todo lo que desde hace tiempo quise fue poder escribirte una carta. La que recibiste ayer ya no tiene sentido, cuando mires el sol me vas a ver, cuando cruces la calle me vas a ver. No nos vamos a poder encontrar. Ya me encontraste.” Silencio absoluto en mi casa. Angustia, reflexión, búsqueda, preguntas, son sólo algunos de los sentimiento que se aparecieron ni bien leí esas ¿últimas? líneas. Miro las agujas del reloj y el televisor se enciende automáticamente. Esta vez no estaba programado.



martes, 5 de agosto de 2008

Pogo Indio


Cobertura especial El Indio Solari
Pánico y locura en Tandil

Montados en una Chevi modelo 71, De Garage salió de gira. Volvió a tomar coraje para abandonar la ciudad y nuevamente ser testigo, cuando crece el fuego, del fenómeno ricotero en cualquier punto del país. Aquí algunas impresiones

Viernes 4 de Julio. 23 horas. Esperando el momento de partida, desde esta redacción se chequeaba el clima que luciría Tandil en las próximas horas. En cortas y concisas palabras: nublado, con mucha humedad.
Ya en la ruta, la niebla ganaba el protagonismo del viaje. Del placer, por pisar el asfalto, (con un motor extremo que entraría como efecto de sonido en cualquier tema de AC/ DC por citar algún ejemplo) el estado de los viajantes se trasladó a una tensión silenciosa y expectante, que no quitaba la vista del camino en los pocos metros que había de visibilidad en alguna ruta de la provincia de Buenos Aires. “Ahora más que nunca los ojos ciegos bien abiertos”, disparó el conductor. Todo un acierto en la circunstancia.
Después de ¡diez! horas de viaje, en los cuales varios momentos surcaron su historia, aparecía, con la claridad del día rozando distintos tipos de grises y blancos en el cielo, la localidad de Tandil. Y desde la rotonda de entrada se sentía algo raro. Ese era el lugar indicado, ya no había más.
Las calles mojadas, resbaladizas, con pibes caminando desde temprano sus veredas, micros estacionados donde fuera, poca presencia policial. Los Tandilenses que miraban, comentaban por lo bajo, esperaban. En los comercios los precios variaban según la cara. Pero eso no fue mayor impedimento para que una localidad que once años atrás recibía a Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, hoy albergara cómodamente a El Indio Solari y los Fundamentalistas del aire acondicionado.
Al igual que cuando un equipo de De Garage estuvo presente en Jesús María para redactar lo que acontecía con El Indio, aquí, otra vez parecía que un show del Solari pertenecía a otro momento. Tandil se asimiló a algo ajeno del rock actual, surcado por empresas que poco tienen que ver con una contracultura o un movimiento de resistencia. Dentro del hipódromo, una “cantina” ofrecía el litro de cerveza a diez pesos y el de fernet a quince. Antes del incio del recital, el imaginario, en aquellos más fantasiosos, era que asistirían a un show de Los Redondos. Pero no.
Pasadas las 21.30 las luces se apagaron, las pantallas se encendieron (una en cada costado y otra detrás del escenario dividida en tres bloques, con una excelente calidad visual), los gritos comenzaron y una música ambiental se anticipó a la voz grabada del Indio que presentaba a la banda. “Pedía siempre temas en la radio” abrió el final del juego, ese que había arrancado bien temprano en las calles.
Después del primer tema, el mensaje de bienvenida de Solari fue “Cuidemos Tandil que ha sido muy hospitalaria con nosotros”. Y sí, era cierto. Ningún disturbio, gente de control controlada, entradas sin cortar. Todos condimentos para sugerir que se trataba de una fiesta pacífica. Siguiendo el orden del disco Porco Rex llegó “Ramas desnudas” y aunque el Indio entró más tarde en la estrofa, la aparición de los vientos a cargo de Alejo Von der Phalen en saxo y Ervin Stutz en trombón y trompeta fueron abismales. Después de “excusarse” diciendo “mi salud no está en mi mejor momento”, sarcásticamente tocaron “Martines y tafiroles” y las guitarras de Baltasar Comotto y Gaspar Benegas se incendiaron una a otra.

“Una que sepamos todos” fue el aviso de que la llama se mantenía y que al fin de cuentas era lo que las cincuenta mil almas citadas en el hipódromo del barrio de Villa Aguirre querían. Escuchar temas de Los Redondos. “La hija del fletero” desató la locura que se mantendría durante el show. Bengalas, que al aire libre no hicieron más que decorar el espacio y todos, todos que saltaban. Sin descanso, entre el humo de las bengalas que se mezclaban con el que filtraba el escenario y la neblina, el paisaje fue exacto, impensado o no, pero logró que “El infierno está encantador esta noche” llegue en el momento indicado. La totalidad se entregó al ritual satánico que se proponía. Seguido, ya casi como regalo, “Rock para el Negro Atila” fue demasiado para algunos que no lo esperaban y Solari calcó el grito del arranque, como en Lobo suelto. Fin de la primera parte.
Volvieron con las melancólicas y trágicas “Y mientras tanto el sol se muere” “Porco rex” y “Bebamos de las copas lindas”, todas del último trabajo solista para darle paso a “Un ángel para tu soledad” “Tu esqueleto te trajo hasta aquí…” y la historia pertenecía a la multitud.· “Nike es la cultura” fue el primer tema del tesoro de los inocentes. Olvidando aquél arranque trunco en nuestra ciudad en el 2005, el paso del tiempo hizo que sonara ajustada. Desde las pantallas del fondo del escenario logos de Mtv, Nike y Espn, con rasgos carcomidos se mezclaban con imágenes del arte de Porco Rex.

Regresaron los temas de Los Redondos. “Ella debe estar tan linda” mantuvo un punto alto, con el público que llevaba el tempo. Después, para sorpresa de varios, sonó “Me matan limón”, ronda sobre el pasto del hipódromo y luces que se mezclaban de nuevo con bengalas en distintos sectores del campo. Situación que no frenó hasta que terminara “Mariposia Pontiac - Rock del país” ya que en el medio de estas dos versiones de Luzbelito se coló una histórica “Divina Tv Fürer” del mítico Oktubre. Para el cierre de esta parte los ánimos se calmaron con To beef or not to beeff, del primer trabajo del Indio.
El recital se estaba acabando, pero faltaba lo más ecléctico. Se hicieron presentes “Por qué será que no me quiere Dios”, “Vuelo a Sydney” de Porco Rex y “Pabellón séptimo” en el que el Indio dedicó “un saludo ahí para los muchachos”. El agotado “Un poco de amor francés” se disfrutó, pero no convenció del todo: “hubiera preferido que toque otro tema de los redondos” se dejaba escuchar desde el campo. “Tatuaje” y “Flight 956” cerraron el repertorio fundamentalista.
Y lo indicado, esperado y rogado llegó. Creó expectativa y un reflejo en la pupilas difícil de olvidar. Entre bengalas, gritos desgarrados y puños al aire apretando algo parecido a la libertad se escuchó “Juguete perdidos”, donde la garganta del Indio Solari se fundió en el horizonte de las sierras tandilenses. “Jijiji”, con la obviedad del pogo más grande del mundo, y una invitación “el 27 de septiembre nos vemos en San Luis.”, selló todo eso que había arrancado la mañana del sábado 5 de julio. Un sábado distinto, difícil de entender por algunos y de explicar por otros, pero que justificó que el espíritu no muere, se transforma.

fotos: Pily Velazquez











martes, 29 de julio de 2008

Micky Vainilla

Aclaración: Micky Vainilla es sólo un personaje y como tal no refleja las concepciones éticas y morales de las mentes creadoras de este espacio. Además es humor, del bueno.

Gracias Rama por el soporte técnico

URGENTE


viernes, 30 de mayo de 2008

Explicación racional


Mientras tomaba el primer mate de la mañana, Pefati abrió el diario. Pasó la sección internacional, leyó algún titular sobre información nacional y se detuvo en un recuadro pequeño de policiales: “Sigue prófugo el ladrón de supermercados”, anunciaban esas líneas. En silencio, mientras la radio sonaba de fondo, se sumergió en aquel artículo y decidió recortarlo. Con el papel en la mano, lo pegó en la pared de la habitación de su pequeño, gris y austero departamento de algún barrio del conurbano bonaerense.
Se lavó la cara, miró el espejo y en un instante en el que sintió como la vida lo atacaba con disparos de imágenes, reflexionó : “¿qué me queda?”. Sabía que lo buscaban, cargaba con más de cien asaltos en los últimos 15 años. Quizá tenía algo a su favor, nunca lo habían atrapado.
Pefati entró al robo meses después de haber sido despedido de la fábrica en la que trabajaba como operario de planta, comprada por una empresa brasilera a mediados de los años 90’. “Reducción de personal, Pefati” le dijo un trigueño de ojos color marrón en un español muy aportuguesado o un portugués muy españolizado. Al mes la pareja lo dejó por el dueño de una remiseria de su antiguo barrio. Nunca más supo de ella.
Esa mañana, después de pegar el artículo en la pared, salió a caminar por la avenida. Se detuvo en unos pocos locales, preguntó algunos precios pero no compró nada. Para el mediodía sus jeans algo gastados ya lo molestaban, frenó en una plaza, juntó algunas monedas del bolsillo y compró una cerveza Quilmes, bien fría. En la sombra que ofrecía un tilo, volvió a preguntarse: “¿qué me queda?”. No tenía familia, ni mujer, no reconocía a nadie como amigo, solamente algunos que bebían de la misma agua turbia, por necesidad o placer, que él, en fin… nadie.
A sus 41 años de vida, el destino le estaba haciendo un llamado de emergencia en ese momento, pero él no creía en el destino. Cómo iba a creer en eso, su destino lo había abandonado, su ángel no estaba en los momentos decisivos. Sólo la sombra lo acompañaba en las noches, mientras el hombre, como burlándose, instigaba: “qué raro que no me dejó mi sombra”.
Después de dar vueltas por la ciudad, cuando volvió al departamento de aquellos monoblock -obvio-, una patrulla estaba estacionada en la puerta con dos agentes. Mientras uno tocaba el timbre, el otro miraba para arriba buscando alguna ventana. La idéntica arquitectura de los bloques de cemento y la poca predisposición que tenían los transeúntes de la zona con cualquier tipo de representante de la fuerza, complicaron la tarea de los policías. Los efectivos decidieron, por su propia integridad, salir del lugar cuando caía el día sobre el humeante horizonte del conurbano.
Poner la llave en la cerradura, era para Pefati una muestra más sobre la soledad y falta de estímulo que lo rodeaba. El simple sonido de los metales chocándose resumía el apagado y sin sentido estilo de vida que llevaba. Mirar las paredes una y otra vez significaba encontrar día a día nuevas pequeñas imperfecciones.
Entró a la habitación, leyó uno por uno los casi 200 artículos periodísticos donde salía información sobre algún robo que haya cometido. Estuvo durante toda la noche mirándolos. La pregunta se volvía a aparecer por su mente y recordó. Buscó dentro suyo desde el primer registro de recuerdo. Era la madre, limpiando el piso en la cocina de su casa en la infancia mientras él pintaba sobre la mesa. Siguió reconstruyendo, esta vez apareció la primera novia, la de adolescencia y las tardes tomando cerveza en el parque.
Las figurabas pasaban, su terapia de autoayuda lo hacía olvidar, escaparse al mundo de sus recuerdos. Hasta que llegó al momento en el que se encontraba y la pregunta nuevamente, ya como una amenaza a su ser, aparecía: “¿qué me queda?”. Pero esta vez la respondió. Escribió la contestación dos veces, sobre dos papeles diferentes. Uno, el primer artículo que tenía sobre sus asaltos, el otro el último, ese que al inicio del día leyó. Sobre las líneas ya amarillentas de aquel Clarín del año 1993, con una lapicera roja escribió “nada”, los mismo hizo con la otra noticia.
Esa respuesta siginificaba una ausencia, una falta. Pefati nunca supo explicar falta de qué y a los dos minutos que terminó de escribir, agarró su revólver calibre 38, abrió la boca, sintió el frío del caño sobre sus labios y temblando apretó el gatillo.
A los pocos días, la policía encontró el cuerpo. Dijeron que se había suicidado porque Pefati sabía que ellos lo buscaban, tampoco supieron explicar.




dibujo Nahuel Torras

domingo, 18 de mayo de 2008

Camellos de ciudad

Nota que salió en el mes de noviembre del 07 en De Garage





CAMELLOS DE CIUDAD

Subidos a la impronta del rock joven, sumando la cumbia, el reggae, el ska y el candome, Se Va El Camello entra de lleno en los sonidos que están presentes hoy en día. Actuales pero con mucha proyección, Rockandrolldomeicumbia en plena urbe.

Por Facundo Cottet

Con la tradicional fórmula de amigos de la escuela, iniciaron su recorrido musical este sexteto. “Al principio era juntarse a tocar con dos guitarras” remarca quien llevará el hilo de la entrevista, Manuel Rodriguez, la voz rasposa y hasta arrabalera de Se Va El Camello. El resto de los integrantes se fueron sumando por allegados, coincidencias o causalidades. Al contar el cómo se acopló Julián Lizardo en la batería, la anécdota causó las risas de los presentes en la sala de ensayo. Un boliche bailable que poco tiene que ver con el rock fue el canal de aquél encuentro.
Las historias compartidas por los integrantes y sus códigos, desembocaron en el nombre de la banda. El famoso camello de los atados de cigarrillos tal vez haya hecho resto. “Le íbamos a poner Teloneros de..., pero lo cambiamos porque ya había una banda con ese nombre. Teníamos que tocar en una fiesta y no preguntaron cómo nos llamábamos y como jodíamos con el camello quedó Se Va El Camello” explican entre todos. “Era provisorio en realidad” destaca Esteban Penovi, el bajista. Esa ocasional designación subsistió y se transformó en una originalidad.
¿Cómo se definirían?..., con unos segundos de meditación, en los que “los pibes” se miran, Manu arranca diciendo que es una banda de Rockandrolldomeicumbia. Así todo junto, mezclado. Sus canciones pasan por esos matices. “Tiene ritmos latinos” dice Julián sentado en la batería, con ganas de empezar a ensayar. Damián Rosengurt, el encargado de hacer que las guitarras inviten a mover el pie y marcar el tiempo de los temas mas allá de que uno no los conozca, no se olvida de mencionar también la palabra reggae. Este estilo se mete en varios cortes, con timidez pero eficacia.
El grupo lo completan Tomás Rusconi en la guitarra que puntea constantemente y Federico Martino que se reparte entre la percusión de Se Va y la batería de Encías Sangrantes. Quizá esta última banda hable un poco por donde se ubican estos jóvenes, aunque parecen no agotarse en ese lugar. Pueden ser tranquilamente exponentes de un sonido bien platense, en relación con las bandas que actualmente resuenan por la ciudad, de hecho tienen un tema con el nombre diagonales. En la voz parece escucharse a Luciano “El chino”Angeleri, en sus primero temas de Don Lunfardo y el Señor Otario, en los movimientos escénicos también. Así mismo fueron reconocidos por Manuel Moretti, cantante de Estelares diciendo que “tienen la picardía platense” durante una entrevista al sitio Web lt24online.com.ar
Para volver a hablar de los inicios de la banda que este año cumple tres años de vida, Manuel retoma el hilo y tira “de toque grabamos, el tema Desde el fondo”. “Vos me mirabas a mí y me cantabas la letra” le comenta Julián a su cantante sobre aquellos inicios. Hoy ya no necesitan mirarse tanto y a las letras, mientras las canta Manu en el micrófono, todos los demás integrantes las acompañan para seguirle el ritmo. Los tres años de ensayos y toques en vivo lograron lo anteriormente redactado. Y todavía se siguen asombrando sobre la corta edad que tenían cuando decidieron embarcarse en este proyecto. Aún hoy tienen eso de rescatable, la mayoría no recibió su diploma de egresado secundario.
Las letras de Se Va… las podría haber escrito, a lo mejor, el polaco Goyeneche, o el pelado Cordera. En ellas corren vivencias y auto referencias que empujan dejar de serlo para ser tomadas por cualquiera que se sienta reflejado. Asimismo unas vacaciones en Villa Gesell también sirvieron de punto apoyo a la hora de la inspiración, agrega Damián. Corazón acelerado que atormenta los latidos/ y decide que esta noche otro sea mi destino…, marca el pegadizo estribillo de Corazón acelerado. La receta que parece inacabable en el rock: mujeres, noches y amigos escriben el discurso de Se Va El Camello.“Son medios tangueros los temas, yo noté eso” indica Manu y todos acompañan esta idea. Julián, gustoso, da su punto de vista y dice “A mí me re caben los temas y el tango”. Escuchar el tema Murga, con recitado y todo incluido es el fiel reflejo de los aires arrabaleros que se respira en el círculo de la banda.
La forma para componer no tiene un protagonista único, es decir alguien llega con la base de una canción y después se va modificando, cambiando, mutando. “Uno cae con un tema, nos aprendemos la estrucutura, las notas y después cada uno le mete algo. O un arreglo o un corte” remarca “El tomi” con la guitarra en el hombro, desenchufada, listo para empezar a tocar cuando esta nota concluya. “Antes de tener una versión final, pasa un tiempo, siempre vamos cambiando los temas. No nos quedamos siempre en la misma cosa” remarca, Julián. Y su declaración lleva a la pregunta sobre si siguen en la búsqueda del sonido. “El sonido está, de a poco se va aira definiendo, sobre todo con los temas nuevos. Vos los vas a escuchar y te das cuenta”, dice Manuel.
POR DONDE VA…
Para la fecha en la que alguien lea estas líneas, los seis adolescentes ya habrán hecho su segunda incursión más allá de los límites geográficos de la ciudad. El debut fuera de La Plata fue en la vecina localidad de Brandsen “Tocamos una vez en Brandsen y ahí sacamos un micro para ver que onda con la gente” expresa Dami. Su segunda excursión fue el bautismo de fuego en Capital Federal, en un barrio tan lufardesco como es San Telmo. Casualidad o presagio, como fuera, un entorno que calza a la perfección con lo que muestra Se Va el Camello. “Se complica un poco con el tema de la organización, porque como somos chicos todavía es un quilombo. Pero va a salir todo re bien” pronostica el vocalista con miras al 28 de octubre. No habla de política, día crucial para la materia, sino de su show en Mitos Argentinos.
Autogestionándose, como cualquier banda, van llevando sus demos a las fechas en las que tocan. Se copian sus propios CD’s, los empaquetan y maquillan. Con promesas de un disco debut para el año que viene, cerrarán el 2007 en Divano, 55 entre 10 y 11, el 30 de noviembre próximo. Tendremos que esperar hasta esa noche para escuchar el repertorio camello, donde, seguramente sonarán los temas que llaman a moverse y dejarse llevar en un ambiente festivo y directo. Y con deseo de este reportero, que se haga presente su versión de “La rubia tarada”. Una interpretación llevadera, cumbiera con alguna marca de ska. Apreciable de ser escuchada, ante tanta reversión, tributo y demás que parece imponerse en estos tiempos. Hasta entonces lo que queda si desean investigar un poco más sobre sus sonidos, la puerta virtual al mundo camello es www.purevolume.com/sevaelcamello.
Ya es viernes por la noche, afuera dicen que llueve o amenaza con estarlo. En alguna sala de ensayo del casco urbano de la ciudad de La Plata, bajo una atmósfera espesa de la cual somos parte, nunca nos enteramos si el cielo se cae a pedazos o no. El aire parece agotarse, hasta que empieza a sonar Se Va El Camello y terminamos olvidándonos de los anteriores sucesos.

jueves, 15 de mayo de 2008

Fur Elise: Estallando desde el océnao


Otra vieja nota nueva que forma parte del mes de abril 08 en De Garage.


Estallando desde el océano

Con disco terminado, llega a la ciudad Fur Elise, un plan perfecto tramado en tierras lejanas pero ejecutado acá. El camino parece recordar al de Luca Prodan con Sumo, aunque en este caso se trata de gente platense y adyacencias que muestran, según ellos, “un lenguaje nuevo dentro del rock hispano”. Pasen y lean.

Por Facundo Cottet
Cuando se inicia un camino, éste representa enfrentar nuevos o viejos desafíos. Para Florencio Cruz los retos que se le aparecieron en su ruta de viaje lo hicieron volver a sus orígenes y raíces. Es por eso que luego de vivir nueve años entre diferentes idiomas, costumbres, olores y sensaciones propias del viejo continente, la ciudad de La Plata lo readoptó logrando finalmente que esta persona encuentre con Fur Elise aquello que tanto anhelaba: satisfacer su deseo musical. “En Europa vengo desde hace dos años preparando un poco este proyecto de canciones, el sonido y el estilo; lo probé allá con otros músicos y no conseguí lograr el sonido que quería. Llegué acá, me contacté con mis mejores amigos que son “Pappo” (guitarra) y Juanma (teclados), les dije ‘esto es lo que quiero hacer’ me ayudaron y fuimos buscando posibilidades”, dirá para explicar cómo dio la banda sus primeros pasos y sobrepasar así el primer reto.
Pasemos al segundo capítulo de la historia: la formación. Cuando diciembre del 2007 acaloraba como de costumbre y recibía a la primera presidenta electa del país, a Fur Elise, sin nombre resuelto por esos días, se incorporaban Facundo Lizondo en batería y Jonathan Colazo en bajo, con la consigna de entrar a grabar un disco el 3 de febrero. “Fue todo medio raro, porque era tocar con gente que no conocía y que nunca había tocado, pero se armó una conexión media rara, copada, que hacía que salieran las cosas solas. No era desgaste, ni nada por el estilo, al contrario” expresa Facu, en tanto que Jonathan acompaña esta postura indicando que: “Mi desafío pasaba más que nada por el estilo de música, enfrentar otro estilo de música que no venía escuchando. Era por ahí música muy extranjera para mí, (nombra por ejemplo a The Strokes) y era algo que influenciaba a la banda en sí, pero estuvo bueno. A nivel personal de cada uno hubo una conexión copada y surgió esto que está bueno”.
La hoja de ruta nos hace detenernos ahora en la grabación del disco. Desde el primer ensayo, celebrado en el inicio del año, pasaron veinticinco sesiones hasta el momento de registrar sus sonidos. Las locaciones elegidas para grabar fueron los estudios porteños de Del Abasto al Pasto, Pichu Atd y Circo Beat, con producción artística propia y el trabajo de Gustavo Bilbao en la ingeniería de sonido, grabación, masterización y “entendimiento de la idea”. A estos nombres se le suma también el de José Tedesco en guitarra, que en palabras de Florencio “fue parte de todo este proceso alucinante. Grabó, mezcló e hizo todo con nosotros pero por motivos personales no pudo seguir”. (Hay que decir que para cuando lean estas líneas, la banda ya va a contar nuevamente con dos guitarras.)
El cd incluye diez canciones finales hechas su mayoría en Ámsterdam “bajo esa oscuridad gótica donde la palabra que oís en la calle es sólo un sonido que te aleja más de la comunicación social, pero que te ayuda a hablar más con vos mismo”, explica la garganta que paraliza. Y las menos, compuestas en estas latitudes, lo que hace que el producto terminado se aleje un poco de comparaciones con grupos nacionales. “No es tan patriota, no está gestado acá. Tiene nueve años de gestación afuera” dice Florencio, encargado de componer todos los temas, los cuales en su poesía trazan matices existencialistas, referidas a grandes temáticas como el amor, el planeta, el universo o uno mismo. La lejanía, acerca más fácilmente a estos estados de composición poética.
Ante la metodología adoptada por el grupo (primero juntarse a cerrar las canciones para grabar y, con el disco en la mano, arrancar a tocar en vivo) pareciera que los pasos tradicionales que llevan adelante la mayoría de las bandas se invierten en Fur Elise. Su tecladista, Juan Manuel Puente, nos dispersa cualquier tipo de especulación aclarando que “de todas maneras los ensayos fueron direccionados a la grabación. No es que ensayábamos, tocábamos y después dijimos ‘vamos a grabar un disco’.A medida que íbamos ensayando nos dimos cuenta de cómo queríamos grabarlo. De hecho la grabación estuvo diseñada en función de eso”. Florencio desglosa aún más esta idea de los pasos a seguir y remata: “muchas veces cuando vos tenés una banda montada, ensayás una vez por semana y vas estirándola graban un disco después de diez años capaz. En cambio este proyecto fue un mes de ensayo, un mes de grabación, un mes de preparación, y en tres meses proyecto terminado, presentable”.

Rompiendo fronteras
El disco atraviesa varios climas, pero siempre con la idea de mantener la atención; por momentos a base de teclados oscuros, bien acompañados por una potente batería y guitarras crudas, que se desafían entre sí, generando, quizá, una tensa calma en quien lo oiga. “Creemos que es un lenguaje nuevo dentro de lo que es el rock hispano” se anima a pronosticar Florencio. Esto también es producto de los conocimientos que pueden llegar a plasmar cada uno de los músicos como un todo. Un dato referencial son las influencias que tienen. “Estaríamos un par de horas diciéndote las influencias, porque en realidad cada uno tiene sus influencias y cada uno toca según las mil millones de cosas que escuchó” responde Juan Pablo Manes, “Pappo”, con guitarra al hombro, obvio. La voz de Fur Elise me acerca un poco más a la respuesta deseada y nombra a Radiohead, Strokes, Bob Dylan, The Killers King Crimson, Lou Reed… y la lista continúa.
Juanma habla sobre cómo sigue este anómalo viaje para Fur Elise y cuenta: “El primer objetivo era grabar el disco, ahora que está el disco lo que sigue es tocarlo. Salir a buscar posibilidades para hacerlo en vivo y hacer el proceso que nos falta. Como empezó directamente del disco la historia, ahora vamos por el vivo.” Para el mes de mayo está estipulada la posible presentación en vivo y así “ver que piensan cuando nos escuchen” desliza Florencio. Aunque el 30 de marzo, también habrán grabado el video clip del tema Tan Fácil, lo que hará que aquellos que deseen ver algo del material en su página web, en construcción por estos días, lo logren. Hay que aclarar que mientras esta nota se realizaba De Garage fue testigo in situ de la preproducción del material audiovisual.
La banda pareciera no encontrar límites en su búsqueda tanto musical como operativa, es por ello que más allá de mostrarse en la ciudad de las diagonales, la idea también será tratar de presentarlo en tierras españolas. La característica algo nómada del cantante facilita estas cuestiones.
Resulta difícil sacar a Fur Elise de un concepto abstracto cuando lo que se quiere es caracterizarlo y delimitarlo dentro de un lugar definido, además es sabido que los movimientos migratorios producen cosas nuevas o hibridaciones en la cultura, y la música no escapa de esto. Su nombre ya lo indica. Si quieren saber qué significa… no lo encontrarán explícitamente en esta nota, preferimos guardarnos la respuesta y que ustedes la descifren por su cuenta.
Lo que podemos aclarar es que la denominación de Fur Elise surgió ante la imposibilidad de utilizar el nombre que había surgido en un principio: GoG el cual, por cuestiones legales, no pudo seguir adelante. Mientras tanto desde esta página alimentaremos el misterio. Esperen hasta el número siguiente de De Garage para saber fecha, lugar e informaciones varias sobre lo que se viene sobre esta banda

http://www.fureliseart.com/

Tropel: El arribo de la revelación



Una vieja nota nueva que pertence a la edición del mes de octubre del 07 del diario De Garage.

Está desactualizada.



El arribo de la revelación

Formados a principios del 2007 con una prometedora proyección, el grupo busca servirse del pasado para transformarlo en algo propio e innovador. En este número hace su aparición oficial en De Garage, Tropel. Una ordenada combustión musical a punto de estallar.

Por Facundo Cottet

Si alguien busca en un diccionario el significado de la palabra tropel, se encontrará con la definición de: "Movimiento acelerado y ruidoso de varias personas o cosas que se mueven con desorden". Es por ello que al imaginarse una banda de rock con ese nombre, quizá juegue en la percepción de uno, eso: desorden, ruido, quilombo... en fin, de poca claridad, pero escuchar a Tropel resulta acaso todo lo contrario. Con un concreto sonido en vivo, donde la diferenciación y el aprecio de los instrumentos es claro, este cuarteto plantea, en palabras de su tecladista Santiago D’ Elía, "un estallido de colores y sensaciones". Aunque para la voz y guitarra del grupo, no suena descabellado pensar en la idea de un tropel con las condiciones que la banda explora y explota, sobre todo con las bastas influencias que proponen "es un movimiento de muchos sonidos, muchas influencias" dispara Lucas Vanza.
Lo cierto es que este grupo, que se completa con Juan Manuel Baigorri, "el corto", en bata, y Uciel Akimenco en bajo, recorre los años lejanos del rock, ese que busca redescubrirse en, porque no para citar un ejemplo, el delirante "Peter Capusotto y sus videos". Tropel en un mismo tema, puede pasar por la serendiad que logra marcar Spinetta, hasta el desenfreno esbozado por Deep Purple o Led Zeppelin y es ahí donde se encuentra la esencia misma de la banda. "Creo que a los cuatro nos tira mucho más lo viejo, por eso lo representamos en lo musical" indica el corto . Los 60' y 70' marcaron a fuego los oídos de este grupo platense.
Pero no se agotan en la historia e idealización creativa de aquellos años en sus canciones, residen en el presente y esto lo tienen muy en claro. "Además es una banda que se formó en el 2007, no podés evitar eso del presente y la realidad que nos rodea" refuerza Santi. "Con la cabeza en el presente para concientizar" marca Lucky en alusión, por pedido de este reportero, a su obra "Claustro de ausencia". "Justamente ese tema hace referencia al terror de la Argentina hace 30 años" y el giro literario del cantante da cuenta de esto con recursos que llaman a la reflexión y buscan dejar un mensaje Sigue esa pregunta que te haces constante/ el porque ésta sucia realidad o, dentro del mismo track, Que no se repita lo grito, lo lloro....Un discurso que tan bien nos viene a colación con las frases que escritas en las paredes reclaman por la vida y no logran callarse a través del tiempo.
También algún que otro desencuentro amoroso late en sus canciones, Ya no quiero perderte otra vez/recuerdos, llamadas, presagios, desierto, no hay nada.... Una tesis difícil de abandonar cuando se empieza a recorrer en el interior del sentir de las personas y una técnica que muy bien ha sabido adoptar el rock.
La fusión se muestra como una característica elogiable en Tropel y su tecladista, casi protagonista a esta altura de la entrevista, responde a dicha idea indicando como uno de los conceptos fundamentales de la banda "fusionar el sonido nato de cada integrante y hacer un sonido único". Esa tan preciada asociación también se refleja en el día a día del conjunto, donde las opiniones coinciden entre los cuatro, uno puede darse cuenta al verlos tanto arriba como abajo del escenario y fuera de vergüenzas u orgullos propios, la voz de Tropel marca como algo para destacar "la energía que se fue gestando desde que arrancamos hasta ahora(seis meses). Todo el tiempo hay un vínculo zarpado entre nosotros, como una unión fuerte".
Probablemente estas frases de los... ¿tropeleros?, para darle algún apelativo, no vayan en contradicción con lo que significa el proceso de composición musical de sus obras. Todos coinciden en que la gestación y formación de temas, si bien puede surgir de uno en especial, automáticamente se transforma en Tropel y cada integrante termina aportando lo suyo a nivel musical. Eso dentro de esta esfera donde la "justa", como ellos la llaman, cantidad de personas facilita la fluidez de la banda, pero ¿qué pasa a nivel organizativo? "A nivel organización se complica un poco más, porque somos cuatro. Entre cuatro personas hay que hacer todo y ahí es cuando necesitamos un poco más de apoyo", responde, sin dar muchas vueltas, Santiago.

Dejar una huella
Cuando este vertiginoso y fugaz 2007 se estaba despidiendo del verano, para darle la bienvenida a un otoño que pasó sin pena ni gloria por estos aires, hubo cuatro amigos que empezaron a juntarse y gestar, cada uno con su historia, algo que los amalgamaba para hacer una vía distinta a lo establecido "ir sumando de a una personita para lograr un Tropel que estalle y se diferencie" dirá "el tecla ", apodado así por sus co-equiper arriba del escenario.
Pero recorrer este camino no es nada fácil, como tampoco lo es escapar del sistema que hoy rige, donde las productoras y diqueras son las principales protagonistas. Por eso De Garge dejó volar por un rato la imaginación y pensar en ¿qué harían si....?y la pregunta fue directa. ¿Qué harían si el día de mañana viene una productora con el maletín lleno de plata?, a los que los chicos respondieron, "eso nunca nos lo planteamos, pero yo creo que si viene una productora, nos pone el billete y nos dice "bueno van a hacer lo que yo quiera" vamos decir que no". Pero admiten que si se encargaran de la prensa y difusión de fechas y se alejarán de lo musical lo pensarían. "Habría que ver bajo que punto de discusión es la propuesta" agrega Uciel.
Lucas se hace por un rato protagonista antes de la siguiente pregunta para dejar bien en claro que postura tiene la banda en toda esta temática "apostamos más que nada a la música independiente. Creemos que la producción independiente es lo que va a llevar al cambio, si querés llamarlo de alguna forma, de este sistema". Y continúa, "nosotros no vivimos en anarquía, tampoco somos hippies ni nada de eso. Estamos dentro del sistema, no lo podemos esquivar".
Otra singularidad de esta banda, que recién empieza a trazar su propio sendero, es que, a diferencia de otros grupos, primero se juntaron para tener un registro antes de subirse a cualquier escenario. "Hicimos sonar medianamente los temas y ya nos metimos a grabar" apunta El corto, quien le pega a los parches y platos con la fuerza exacta para encontrar el sonido vintage. Ni muy fuerte ni muy débil, lo justo. Ese embrión de la grabación todavía no se plasmó en un primer disco, sino que se trata de un demo cuyos temas fueron subidos a la red de inmediato. Con sólo chequear www.purevolume.com/tropel_rock nos chocamos con el tropel de sonidos que se intenta reflejar en esta nota. Igualmente los objetivos del grupo no se agotan en difundirse en la web, ya para el año que viene planean tener su primer hijo (tranquilos madres, padres, novias o amantes, estamos hablando del soñado primer CD)."Tenemos en mente, por ahí, el año que viene grabar un disco un poco más grande que el demo actual de cuatro temas. " indica Santi.
Como a todos los conjuntos del under platense, las posibilidades de hacer diferentes shows con una cierta continuidad se dificulta y no precisamente por el hecho de que falten ganas. En este orden las carencias se manifiestan por otro lado, muy bien lo ilustra Uciel diciendo que :"todas las bandas te van a decir mas o menos lo mismo. La opción es cubrir cierta plata en lugar y sonido y desde ahí manejate. No hay un lugar donde vas, plantás las cosas y tocás. Pero es la problemática que tiene todas las bandas".
Con el correr de la entrevista, Uciel sigue sumando su voz. Al ser consultados en como preparan una fecha, el bajista explica que "Creo que en el día a día. A medida que uno ensaya y se aproxima el momento del recital. Esa es la esencia de la banda". Ya van por su tercera presentación en vivo y a medida que éstas transcurren, se incrementan las apuestas para que sea un verdadero show. "Una fecha no es solamente musical, también tenés que ver el tema de la escenografía, del por qué de la fecha, del significado de la fecha en sí." Indica Santiago, a lo que Lucas agrega "de a poco vamos a ir metiendo un concepto".
Tropel, el 20 de octubre se estará presentando en la avenida 1, sobre las tablas del "Ayuntamiento", es por ello que la voz, de cara a sus futuros vivos, no ahorra energía y sentencia, "Yo creo que la gente se va a encontrar con un sonido diferente a lo que se viene escuchando en la ciudad de La Plata. Venimos con una propuesta diferente".
Cuando las rotativas de este diario se estén cerrando en una aglomeración de información rockera, la primavera hará su entrada triunfal en el calendario estacional. Las flores crecerán, la vida reproductiva se dará rienda suelta y un conjunto que se encuadra muy bien en el florecimiento trazará las líneas finales de esta nota. Tropel fue descubierto por De Garage justo cuando el verde de la hierba comienza a reflejare en la pupilas de las personas, por eso el grupo se contextualiza perfectamente con todos los adjetivos que a la primavera encierra. Gozan de floración, frescura, espíritu y juventud; o como dice su tema Reloj "Quiero ser un pétalo, un rayo de sol". Al fin y al cabo no es más que eso: el deseo mismo de algunas mentes de permitirse escapar de la rutina que a veces nos termina esclavizando.

http://www.tropelrock.blogspot.com

sábado, 10 de mayo de 2008

Se Va el Camello:Poética de barrio en zapatillas de lona




Esta nota estaba programada para la salida de mayo del diario De Garage y por cuestiones de índole "cibernéticas-estructurales"(cosas que pasan), ajenos a quien la redacta, no pudo ver la luz en la tinta impresa del diario, por eso decidí la publicación... Más adelante colgaré antiguas notas nuevas sobre algo de lo que pasa con el rock en la ciudad de La Plata.






Se Va El Camello: Poética de barrio en zapatillas de lona.




Por Facundo Cottet




Afuera, una noche estrellada, fría y despoblada actuó de contexto para que unos pibes se juntaran. Adentro, Se Va El Camello presentó su primer disco, “Mil cumbias y rockanroles”, ante casi seiscientas personas que hicieron olvidar lo frío y desolado del exterior.

En los alrededores del club El Fortín (68 e/24y 25, atención bandas: ¿¡lugar nuevo!?), un barrio tranquilo miraba por las ventanas cómo distintos grupos se reunían a donde un foco brillaba e indicaba la puerta de entrada.

A las 02.00 AM del sábado 12 de Abril y después de que la murga Los Divorciados de la Mufa alentaran a la gente, los cinco camellos subieron a un escenario bien montado con dos torres de iluminación, las cuales a su lado contaban con cajas de sonido que estuvieron a la altura de las circunstancias.

De uno más (el barrio y la amistad), con el bajo bien rioplatense de Esteban Penovi , abrió el repertorio, avisando hacia donde iría el rumbo. Respetando el orden de las canciones del disco y sin interrupciones arribó Vamos llegando en donde un Chavo, que no pasaba los veinte años de edad, como la mayoría de los presentes, aportó desde la armónica el aire suficiente para darle fuerza final al tema.

Acaso los latidos se hicieron sentir en Corazón acelerado. La voz invitada de “Cocucha” de La Vieja Bis quiso darle al momento un espacio oscuro y , con aires algo ricoteros, cantaba... gran ritual de percepciones/que el pasado me robó/esa jirafa algo alocada de la nada apareció… .Con Desde el fondo se justificó la presencia de una pantalla que disparaba fotos a través de un cañón. Allí, en ese cuadrado blanco, el dibujo, que pertenece al arte de tapa de un chico tratando de encontrar la luz, le daba sentido a lo que acontecía en el escenario. Abajo, la ronda de gente se abría y cerraba en cuanto tema pudiera.

La mezcla de reggae, cuarteto, rock y candombe de Desbordar, hizo que la atención no se quitara de la proyección y un camello tridimensional con andar manso siguiera el tiempo del tema.Las historias de barrio no cesaban y son, sin duda, uno de los ejes de este grupo, que hasta en los temas nuevos como Vagón por vagón, una aproximación de rock ingles en sus guitarras, dijeron presentes.

Casi promediando el show llegó el momento más íntimo de la noche. Manu Rodríguez, solo y con acústica al pecho, se despachó con A tus vivencias empezando a transformar el estado de asombro inicial a una insinuación carismática hacia el público, que se reforzó con la versión cumbiera y respetuosa, ya con banda completa, de La rubia tarada.

Siguiendo la trama bailable y del juego de palabras en la poesía, tuvo un punto alto Saber que se va.Luego el atisbo de comportamientos ya extintos por parte del público del rock amagó con reaparecer en Pegaba más piola, pero el humo de color no llegó a esparcirse. La advertencia desde el escenario finiquitó cualquier especulación y lo que a esa altura ya era una fiesta, continuó, con los agradecimientos correspondientes.

El lazo indivisible que se va generando entre la gente y la banda, que tranquilamente podrían ser parte del público, se notó en, la muy platense canción, Diagonales, el mejor momento tanto arriba como abajo del escenario.

Una hora y cuarto alcanzó para que Se Va El Camello cuente, una vez más, las historias de barrio, noches, desamores y anécdotas, mostrando así oficialmente frente al propio público, su inicial trabajo discográfico. A las 03.15 AM los últimos acordes de ska del tema Murga dijeron basta, mientras que un trapo rezaba sobre el final de una frase: “Hagamos oídos sordos y escuchemos los ruidos… del silencio”






domingo, 4 de mayo de 2008

Paisaje funcional (cuento)


Gritó, exclamó, llamó la atención de todos los que pasaban por su lado. Una chica se le cagó de risa. Otro pibe que paseaba volado con su perro, escuchando Los Redondos, por un instante imaginó el video-clip de la canción que rebotaba en sus oídos. Los limpiavidrios y vendedores de flores del semáforo entre bolsa y bolsa de poxiran lo miraban. Supongo que nunca entendieron nada, o sí. Para muchos da lo mismo, mientras no estén, mejor.
Pero él, así estuvo toda la mañana. Cada tanto se callaba, al rato parecía hablar con alguien o con otras personas. Un oficial, con la cordialidad que merece por estar en el centro de la ciudad -porque los que están en las esquinas más transitadas aparentan amabilidad con los transeúntes, casi siempre civilizados- mientras mandaba mensajes de texto, lo vigilaba. Aunque eso significará desviar su atención de la municipalidad, en donde como todos los martes la punta entraba para hacer su delivery semanal, de cara a las agitadas jornadas políticas que asomaban.
Mientras tanto, ya eran casi las once de la mañana. El calor se inflamaba a pasos agigantados entre el asfalto, los gases de los micros y el paso fugaz y aplomado de la gente. Él seguía gritando. Algunas señoras, seguramente de familia tradicional, cruzaban la plaza para no chocárselo.
Profecías poéticas salían de su garganta ronca, entre alientos de mezclas e historias desconocidas. Vueltas de la vida que ninguno de nosotros comprenderemos. Pero ahí estaba…, como todos ese mediodía.
Cuando la ambulancia llegó con media hora de retraso, lo cargó. Los perros que lo rodeaban y los pibes del semáforo, bajando y ya sin tanto tolueno su organismo, se quedaron mirando la parte de atrás de la camioneta. El ruido del cierre de las puertas fue un tiro directo a la sien.
El diario del día siguiente no publicó nada. Los chicos de la esquina, entre malabares y falsos anhelos de libertad seguían ahí, los perros ahora corrían a las motos que frenaban en el semáforo o se peleaban por alguna hembra en celo. El policía, que era otro pero seguía siendo el mismo, hablaba por celular. Y las señoras de bien todavía no se animaban a pasar por la plaza… los pibes seguían descontextualizando el paisaje.
dibujo: nahuel torras

miércoles, 30 de abril de 2008

Arte: Ser o No ser....

Arte que asusta
Son varias las personas que consideran que una expresión artística se basa en mostrar escenas con rasgos morbosos y deshumanizados, los casos aumentan y ya generan discusiones dentro de la sociedad sobre cuáles son los límites de una obra, como así también si esto se trata de arte o no.

En el mundo se están generando diversas polémicas ante las extrañas formas de representar una obra de arte. Acostumbrados a través de la historia a apreciar un cuadro, una escultura o un film, en la actualidad las miradas de estas formas, se ven desplazadas hacia el arte de lo macabro. Es que existen casos en donde lo que prima no es un retrato al óleo o la representación de un paisaje en acrílico. Diferentes personas se inclinan por mostrar en su arte aspectos que rozan lo macabro y la crueldad.
Gregor Schneider, de 39 años, es un alemán que tiene como objetivo exponer a una persona agonizando, la francesa Sophie Calle mostró el año pasado en la exposición mundial de arte contemporáneo Bienal de Venecia, un video con estertores – ruido que en los moribundos produce el paso del aire- de su madre.
Otro de los casos más polémicos es el del costarricense Guillermo Vargas, quién a fines del 2007, ató a un perro callejero en la Galería Códice de Managua, desencadenando críticas por parte de la comunidad internacional. La que ya juntó un millón de firmas para impedir que Vargas participe de la Bienal Centroamericana del Arte que se hará en noviembre en la ciudad de Tegucigalpa,. Honduras.
Ante esta extraña tendencia, Daniel Añón Suarez, docente de la Facultad de Bella Artes de la UNLP, advirtió que el arte debe buscar conmover de otra manera, “posiblemente estos artistas se lamenten que no nos podamos deleitar con las guerras, el hambre y la miseria que van destruyendo la humanidad y el planeta, simplemente porque no hay galerías de ese tamaño”.Asímismo agregó no considerar que se trate de arte, simplemente porque haya algún medio que lo difunda o lo valide.
Diferente es la posición de Raúl Barreiros, jefe de la cátedra Comunicación y Cultura de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP ,ya que al ser consultado sobre la controversia generada indicó primeramente que “si no hay acuerdo con qué es arte -y muchos creen que el arte abstracto, el no figurativo o el suprematismo no son arte porque no hay representación igual a cómo ven nuestros ojos, y eso dejaría fuera del arte a Picasso, entre muchos otros-, resulta así que nadie sabe qué cosa el arte es.” En tanto que “mientras no se lastime a nadie, importa poco el arte que sea, pero que nunca toquen los escritos del marqués de Sade.”, ironizó.
Para finalizar Barreiros agregó que la moral “esa que saca la cabeza en tu pregunta, que cambia cada rato” no sirve para juzgar si algo es arte o no lo es. “Jamás entraría a una exposición de cadáveres -mi gusto no es ese (por ahora)- pero me pelearía con quién quisiera prohibirla. Después de todo, mi gusto y el de cualquiera no son la verdad, son sólo gustos; tampoco me gusta el helado de chocolate y no lo prohibiría”.
Schneider dijo que ya tiene ubicada a una persona que está decidida a morir en público. Se trata de un coleccionista de arte cuyo nombre aún no trascendió, pero la problemática que se le presenta ahora a este controversial alemán es encontrar un lugar que esté dispuesto a reproducir tal puesta en escena.





martes, 29 de abril de 2008

Vivir de Cubos de Basura (C.Bukowski)


Vivir de cubos de basura

El viento sopla fuerte esta noche, es viento frío y pienso en los chicos de la calle.

Espero que algunos tengan una botella de tinto.

Cuando estás en la calle es cuando te das cuenta de que todo tiene dueño y de que hay cerrojos en todo.

Así es como funciona la democracia: coges lo que puedes,intentas conservarlo y añadir algo si es posible.

Así es también como funciona la dictadura, sólo que una esclaviza y la otra destruye a sus desheredados.

Nosotros simplemente nos olvidamos de los nuestros.En cualquier caso es un viento fuerte y frío.


Charles Bukowski (1920-1994)