domingo, 1 de febrero de 2009

"... confusamente consciente de que estaba haciendo algo que desde hace mucho tiempo deseaba que se pudiera hacer, pero que nunca se había imagiando que en realidad se pudiera hacer, sin saber cómo lo estaba haciendo porque no sabía dónde estaban los pies y dónde la cabeza, ni los pies de quién ni la cabeza de quién, y sintiendo que que no podía resistir más el rumor glacial de sus riñones y el aire de sus tripas, y el miedo, y el ansia atolondrada de huir y al mismo tiempo de quedarse para siempre en aquel silencio exasperado y aquella soledad espantosa."


G. Márquez

No hay comentarios: